El CISEI (Consejo Interamericano Sobre la Espiritualidad Indígena) es una Asociación Civil sin fines de lucro constituida en 1996 en México, con capítulos en Argentina, Perú, Ecuador, Guatemala, Venezuela y Panamá. Agrupa a académicos, científicos, guías espirituales y médicos tradicionales indígenas para crear puentes entre los conocimientos científicos y filosóficos de Occidente y la sabiduría ancestral de los pueblos originarios.
Desde su creación el CISEI se ha venido articulando a través de ocho foros internacionales – que tuvieron lugar en México, Perú, Puerto Rico, Guatemala, Ecuador, Venezuela y Argentina – orientados, desde un abordaje intercultural, a fomentar el diálogo con los sistemas de conocimientos ancestrales para el desarrollo armonioso de la sociedad contemporánea. Cada foro comprendió ponencias, talleres y ceremonias rituales, y agruparon de 150 a 300 personas cada uno.
El Centro Takiwasi, cofundador del CISEI a través de su Presidente Ejecutivo, el Dr. Jacques Mabit, coordinó el Capítulo Perú, y asumió la organización del II Foro en 1998 y del VIII Foro en noviembre 2015. En el libro “Foros Internacionales Espiritualidad Indígena y Mundo Occidental, Perú 2015” se da cuenta de lo sucedido en ese encuentro, con la riqueza de los intercambios que asociaron por primera vez a representantes indígenas y científicos de otros continentes (Australia, Canadá, África). Otro resultado de este encuentro fue la Declaración del CISEI Tarapoto 2015.
Los principios del CISEI
El CISEI considera que es tiempo de que los gobiernos y las sociedades todas reconozcamos que los aportes de las culturas indígenas son elementos fundamentales en las sociedades contemporáneas. Asimismo, que esos aportes deben ser revalorados y respetados, pues solo así reivindicaremos el respeto a la diversidad cultural y una plena espiritualidad de la persona, algo que anhelamos en nuestros corazones, lo que fortalecerá los puentes entre la civilización occidental y las culturas originarias de nuestro continente.
El CISEI es un espacio de diálogo, respeto y encuentro en el que convergen los pueblos indígenas y no indígenas de América y del mundo, cuyo fin primordial es coadyuvar a mantener vivo y revitalizar el patrimonio espiritual de las culturas originarias de nuestro continente, respetando las prácticas espirituales de las actuales culturas.
El CISEI reconoce la existencia del patrimonio cultural de Occidente y el patrimonio ancestral de los pueblos de América, y busca establecer puentes para el fortalecimiento de ambos patrimonios.
El CISEI asume la firme actitud de vivir armónicamente con la naturaleza, luchando por el mejoramiento del medio ambiente, pues reconoce que la tierra, el aire, el agua y el sol son la fuente de vida –de la que todos dependemos– y tenemos el deber de respetarlos y transmitirlos limpios y sanos a las generaciones futuras.
El CISEI reconoce que, como parte de los patrimonios ancestrales, una forma relevante de acceso al conocimiento se da mediante el uso ritual de plantas sagradas con fines ceremoniales y de sanación –en sus formas tradicionales y naturales–, observando los principios éticos y morales inherentes a ellas, y acorde con un manejo sostenido basado en la preservación y conservación de las especies botánicas, patrimonio de la humanidad.
Las metas del CISEI
Con esos principios, el CISEI apunta hacia las metas siguientes:
Las perspectivas del CISEI
A pesar de las dificultades logísticas, de la carencia de apoyo de instancias gubernamentales y de la falta de sostén económico, esta iniciativa, nacida del entusiasmo de pocas personas, ha festejado sus dos decenios de existencia en 2016, con numerosos frutos. El tiempo ha venido para que una nueva generación tome la posta, asuma nuevas iniciativas y transmita sus esperanzas. En este sentido, Takiwasi, después de 20 años de compromiso (1996-2016), en la reunión de Directorio de Chalmita, México, en 2017, ha renunciado al CISEI para emprender otras iniciativas y pasó la posta a otro equipo, deseando que se prosiga con esta audaz aventura.
La temática que generó el lanzamiento de este proyecto se encuentra más vigente que nunca. Los pueblos y las culturas indígenas del continente americano siguen en grave peligro; los usos inadecuados y la apropiación de las medicinas sagradas ancestrales conocen un crecimiento exponencial con el llamado turismo chamánico y formas dudosas de neochamanismo en un ambiente New Age lleno de contradicciones; la exploración minera y la petroadicción agreden la biodiversidad y pisotean los derechos de los pueblos originarios...
Al mismo tiempo, la conciencia global sobre las necesidades ecológicas se acrecienta, las iniciativas de formas alternativas de vivir se multiplican – ecoaldeas por ejemplo –, los pueblos nativos toman la iniciativa de su propia defensa, la ciencia occidental considera con más seriedad la sabiduría y medicinas ancestrales, las iglesias revaloran los aportes de la espiritualidad indígena...
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